

Sea como sea "no dejaré que se me escape la fantasía" (eso me dijo Jose cuando la hebra del ovillo salía casi a rastras de la bolsa y me advirtió "cuidado, Carmen, que se te escapa la fantasía". La frase no puede ser más inspiradora). Y aunque me sienta atrapadilla a veces, aunque los miedos y obstáculos me retengan, no me dejaré vencer. Y tejeré y viviré.
Vaya, me ha quedado un post desahogo, ustedes perdonen...
"El Topo también estaba deseando meterse en la cama, y muy pronto apoyó la cabeza sobre la almohada, feliz y contento. Pero antes de cerrar los ojos, los dejó errar por su habitación, bañada por el resplandor del fuego que jugaba e iluminaba los objetos familiares que durante tanto tiempo habían formado parte de él, y ahora lo recibían sonrientes, sin rencor. Por fin tenía el estado de ánimo al cual la Rata lo había llevado con tanta delicadeza. Se dio cuenta de lo sencillo, incluso estrecho que era todo, pero también sabía lo importante que era aquello para él, y cuánto significaba para todo el mundo tener un puerto donde refugiarse. No tenía la intención de abandonar su nueva vida al aire libre, ni de dar la espalda al sol, a la brisa, a todo aquello que le habían ofrecido, y encerrarse en casa; el mundo de la superficie era demasiado atrayente, y lo llamaba aun allí abajo, y sabía que pronto o tarde tendría que regresar a él. Pero le agradaba saber que tenía un lugar a donde volver, un hogar todo suyo, lleno de objetos con los cuales siempre podía contar para que le dieran una bienvenida como aquélla."