jueves, 3 de febrero de 2011

Me voy a Islandia

Hace frío y fuera llueve demasiado. Combato mi nostalgia de sol con mi gusto por el calor del hogar y el sofá. Aprovecho estos momentos de hibernación intermitente y forzosa buscando inspiración, aprovechando este barbecho para tomar fuerzas y florecer (en primavera o cuando se pueda).


Este tiempo me recuerda a Islandia y a Sigur Ros. Hay muchas maravillas en sus discos, pero Hoppípolla habla de la infancia, de sus aventuras, de la nostalgia de libertad y felicidad que sentimos en la niñez. Miro por la ventana y me dan ganas de bajar a chapotear en los charcos y saltar y saltar; dan ganas de dejarse llevar y bailar bajo la lluvia para que el tiempo se pare y la felicidad se quede empapándonos. Cuando pongo una de sus canciones me gusta imaginar que gracias a ellas podría volar. Investiga en Youtube y podrás encontrar decenas de vídeos de este singular grupo con melodías preciosas que evocan paisajes hermosos y provocan emociones a flor de piel.


Tras los vuelos, aterrizo en casa. El ganchillo es terapéutico. Mucha gente se burla, no lo entiende, no lo sabe... pero nosotras sabemos cuánto bien nos hace. Y si tienes la suerte suertísima de que tu amiga del alma (que no se achica con y que es una "campeona de campeonas") se engancha al croché, ya es un lujo. La tarde puede ser una delicia de confidencias, puntos apretaos y teorías para arreglar el mundo y a nosotras mismas. Y se me quitan esas ideas peregrinas de escapar a Islandia y quedarme en casita al calor del hogar y de la gente que quiero.

Y entonces me recupero y por arte de magia los proyectos se vuelven juguetones y se disfrazan de duendes que saben contar hasta cinco, hacer cosquillas y acariciar.


Tu chico te tira de las orejas y te deja una nota en la mañana imaginando amigas al otro lado de la pantalla, reclamando un post. Y, coincidencias de la vida, abres el correo electrónico y una amiga virtual -gracias, Lucieta ;) - te regala una sonrisa.



Te das cuenta de que es hora de parar un poco y dedicarte tiempo a tí y a lo que te gusta de veras. Recuerdas lo afortunada que eres y das gracias.



Tengo pendiente la próxima ventanita, que se abrirá a las calles de Marrakech y a alguna sorpresa crochetera, espero.

Abracitos



4 comentarios:

Lucieta dijo...

Uuuaaaaaa!!! Muchísimas gracias a tí! Se te siente fresquita, con ganas y arropada. Y deseo que siga y siga, cariñosa :)

Espero ansiosa (si, si) tu entrada de Marrakech, preciosa ciudad que tengo muchas, muchas ganas de volver a ver.
y oler.

me encanta el dibujo!!

Raquel dijo...

Amiga, esa idea peregrina sobre la escapada a Islandia no se sostiene, con las ganas que tenemos de que llegue el verano, de dar esos paseos por la desembocadura, con el sol en la piel y en el pelo.... Ademas, tenemos nuestros paraísos particulares de ganchillo, confidencias y cariño, que nos hacen el invierno mas llevadero. Yo, sin estos momentos, me apagaría como una flor sin luz. Te quiero molto!

Mónica dijo...

Me ha encantado volver a verte con este post Islandés y la música de Sigur; estoy deseando viajar alli. Un abrazo enorme y muchas gracias por tus letras, me alegra recibir tu visita.

la que espera tras la puerta dijo...

Me apunto a cualquier viaje que hagas, porque para vivir aventuras no hace falta levantar ni un pie del sofá calentito en el nos encontramos. Me quedo con el croché terapéutico en vez de poner a parir a las vecinas, ji, ji, ji. Si no sale el sol hagámoslo de fieltro, croché o en forma de tortitas americanas, aunque he de decir que la lluvía tiene un encanto que te atrapa y te traslada a otros mundos más místicos y bucólicos que encierran tanta fantasía que uno se acaba desparramando en el sofá...