La lluvia no cesa y en mi tierra no estamos acostrumbados a tanta agua. Me divierte ver lo torpe que nos encontramos al sur ante los charcos y con el manejo del paraguas. Echo de menos el sol, pero trato de disfrutar al máximo de estos días pasados por agua y sus ventajas: un tecito, crochet, musiquita, libritos...

Más pitijopillos (libélulas) para un bebito que espera la llamada de la luna para decidirse a venir al mundo. Gracias a Olivita por compartir sus "creaturas".

Y una última sugerencia para disfrutar de la lluvia: un buen libro en tu rincón favorito del sofá. Una maestra como yo sueña y resueña con la escuela soñada por Francesco Tonucci. Este pedagogo italiano que ve el mundo con ojos de niño me revuelve las tripas y me recuerda el sentido de mi trabajo... A veces, cuando dan las dos y me siento abatida, miro sus dibujos cargados de fuerza y sensibilidad. Me recuerdan la maestra que deseo ser y me ayudan a encontrar el norte. Me renuevo: Investigad y disfrutad con sus ilustraciones sencillas y bellas. Para muestra, este hermoso botón. Un abrazo
